miércoles, 5 de mayo de 2010

La Mujer del Lago



Caminando encontré un paraje de verdes hierbas y bonitos cipreses, brillaba el sol más radiante que jamás había visto. Quedaba reflejado en el precioso lago de aguas cristalinas que yacía tentador con el movimiento en el agua de una brisa cálida de verano. Me acerqué para acariciar el agua con las yemas de mis dedos y estaba tan caliente que mi cuerpo reaccionó... Me adentré en el lago y todo a mi alrededor empezó a burbujear, como si se tratara de un jacuzzi. El agua recorría mi cuerpo, transportándome a otro mundo, un mundo de mil sensaciones. Todo a mi alrededor se convirtió en una espesa niebla de un olor tan exótico que despertó en mi el instinto más salvaje que hubiera imaginado... De repente vislumbré una sombra oscura que se acercaba a mi a través de la niebla y cuando vi su rostro quedé maravillada. Era la mujer mas bonita que jamás hubiera visto, con una mirada tan penetrante que sentí sus manos acariciándome a dos metros de distancia. Se acercó a mi y me tomó entre sus brazos. Me acarició la mejilla y me besó, me dio el beso mas sensual que jamás nadie me hubiera dado nunca, sus labios ardían como las brasas d una hoguera y sus manos me erizaban la piel... Acaricie su piel, la piel mas suave que hubiera tocado nunca. Nos acariciamos por todo el cuerpo, no quedó parte de nuestros cuerpos por recorrer con nuestras manos y nuestras bocas. Cada beso que me daba me hacia estremecer y cuando llegó a mi sexo y empezó a lamerlo y acariciarlo me hizo llegar hasta el paraíso, experimenté miles de sensaciones en 10 segundos que para mi parecieron horas. Cuando abrí los ojos, me encontré enredada en mis sábanas de seda negras, tan suaves, recordé la suavidad de la piel de la mujer del lago, aquella que me había hecho tener el orgasmo mas alucinante que se pueda soñar.

*Dara*

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