sábado, 8 de enero de 2011

Para Mamá

Hola mamá, te escribo porque escribiendo me expreso mejor que hablando. Muchas veces me traicionan los nervios y no digo las cosas como realmente las pienso. Te escribo para pedirte perdón si dije o hice algo que te sentara mal, pues no era mi intención. Estoy pasando por un mal momento ahora mismo, el peor que he pasado en mi vida, y eso que han sido muchos los que he pasado, los que tu sabes y los que no sabrás nunca.

Sé que en el pasado, me he portado muy mal contigo, que no he sabido valorar todo lo que tenías que hacer para poderme sacar adelante, incluso a renunciar a tener tiempo para mi por poder trabajar. Sé que quizá ahora sea tarde para valorarlo, pero aún así quiero que sepas que lo valoro. Siento no haberte ayudado como tu me pedías que hiciera, siento no haber podido apoyarte en los malos momentos por mi mala cabeza. Lo siento tanto...

Pero bueno, dicen que nunca es tarde.

Yo, de verdad, lo único que necesito ahora no es dinero, ni apoyo moral, te necesito a ti, tu cariño, poder contar contigo siempre que necesite llorar o desahogarme, poderte contar todo lo que me pasa por la cabeza.

Cada día que pasa siento que se me escapa el tiempo y que los años van pasando y yo no te disfruto, no tengo a penas relación contigo, a penas nos vemos... y el tiempo sigue pasando y los años y se me escapa.

Sólo necesito que sepas que te necesito, te necesito mas que a nadie en este mundo. Eres mi madre y la persona mas importante en mi vida aunque nunca te lo haya demostrado.

Te quiero mamá.

viernes, 7 de enero de 2011

Hoy escribo...


Hoy escribo porque me siento triste, porque no encuentro la forma de mitigar mi soledad. No veo la salida a mis problemas, creo que una gran nube gris tapa mi vista y que por mucho que intento apartarla no se va, sigue descargando sus tormentas en mi, y yo aquí sigo mojándome sin tener el paraguas de la esperanza.

Hoy escribo porque escribiendo me siento menos sola, me acompaña el papel y cada letra que escribo, pero leo y leo y me siento más triste porque quisiera escribir desde la felicidad y no puedo.

Hoy escribo porque no puedo gritar, gritar que todo va mal, que los andamios que sostenían mi felicidad han caído y no hay forma de montarlos. Que se ha derretido el cemento que juntaba los ladrillos de mi mente. Que ya no puedo más.

Decidí que mi destino fuera el que es sin mirar atrás, sin ver que era un error, que me pasaría factura cada día de mi vida y así es, hoy, me pasa factura. Hoy se caen todos los ladrillos y no se como volver a pegarlos, pues el cemento se acabó.

Y pienso, ¿seré capaz algún día de volver a ser yo? ¿Seré capaz de ponerme el casco y construir un chalet tan grande que ni la mayor de las tormentas pueda arrancar sus cimientos? Entonces, solo entonces, volveré a ser yo, me quedaré en mi y no tendré deseos de huir.