Como el tiempo, así estoy, sin frío ni calor.
Como el agua, cálida en verano y fría en invierno.
Hoy es uno de esos días que podrían pasar de largo, que sería mejor que fueran eliminados del calendario. Un día en el que todo es triste, en el que por más que quieras sonreír no puedes, porque tu sonrisa suena tan falsa como un billete de plástico.
Si pudiera haría que pasaran las horas a la velocidad de la luz, ansiando que mañana sea un día mejor, más bonito, menos triste.
Dicen que empatizar es bueno, pero ¿hasta que punto...?
Mi día triste no es por mi, aunque yo también tengo motivos para estar triste, pero aún así, cualquiera de las cosas que a mi me puedan apenar, no son ni la mitad de tristes que la que te apena a ti.
Dicen que no sabes que alguien te importa de verdad hasta que sufres por su tristeza, y así es.
Con estas palabras me despido por hoy, y también estoy de regreso, porque ya es hora de darle un poco de vida a mi rincón, ya que lo tengo bastante abandonado.
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